Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

lunes, 26 de diciembre de 2011

Media noche y falta de inspiración

Son las 00:15 horas del lunes veintiséis de diciembre, justo estoy sentado en la sala de mi casa, frente al árbol de Navidad, con sus lucecillas encendidas, con una taza de té a mi lado y debo decir que mi intención era continuar con la historia que comencé a escribir hace ya algunos meses. Le Marais es la historia de un chico que trabaja en las calles de cierta ciudad desconocida, cuyo nombre no plasmo en sus párrafos, y que aprendió el arte de la prostitución en París, Francia.
 Por algún capricho, por alguna idea que tiene en cuanto sale de la preparatoria, se embarca en un viaje, primero a Londres, con una falsa idea de pasar una semana en casa de su tía. Sin embargo, jamás llega a casa de la hermana de su madre y en lugar de esto se hospeda en un cuarto por toda una semana. Su intención es conocer y explorar el mundo (deseo sumamente común entre los jóvenes, ¿Quiénes de nosotros no soñamos alguna vez en viajar por todo el mundo, conocer costumbres, probar comida, conocer personas?), pero inmediatamente se da cuenta que no podrá realizar su sueño… el mundo es demasiado grande para un joven de diecisiete años.
Así pues, la noche antes de que deba regresar a casa, resignado decide bajar a tomar algunas cervezas en un bar local. Dentro, conoce a cierto personaje que cambiará su vida para siempre.
Jean-Luc, el excéntrico y casi andrógino sujeto que está sentado frente a la barra resulta ser un exquisito francés que se dedica a brindar compañía sexual a quienes lleguen a solicitarlo. Sin embargo hay algo sumamente peculiar y cautivador en Jean-Luc, que es precisamente lo que engancha a nuestro joven protagonista: su exclusividad en el mundo de la prostitución.
Es egresado de una de las universidades de París donde estudió arte y filosofía. Sus clientes varían en cuanto a profesiones y van desde altos miembros de la iglesia hasta importantes políticos locales y de la Unión Europea. No acepta las invitaciones de aquellos que solamente quieren unas cuantas horas de contacto carnal, sino que también Jean-Luc toma algo de sus clientes: la cultura, la información, el poder de alcanzar las más elevadas esferas de las clases sociales que hacen girar este mundo.
Entonces, después de aprender de Jean-Luc —y después de su inevitable muerte—, el personaje principal regresa a casa a traer el legado que su mentor le dejó: el arte de la prostitución.
No se considera un prostituto cualquiera, es más que eso, es portador de compañía, de comprensión y consuelo. Es oídos, ojos, labios y cuerpo, según las necesidades de su cliente.
En una determinada noche, en la esquina donde siempre se le veía, se acerca cierto sujeto que lo invita al complejo de departamentos más lujosos de la ciudad. El muchacho acepta y acompaña a su nuevo cliente hasta lo alto de una de las torres. Dentro, descubrirá que este cliente en particular no desea alocadas experiencias sexuales y dar rienda suelta a sus fantasías enfermas y retorcidas, sino que simplemente desea hablar.
Pasan días, semanas y meses y simplemente lo contrata para hablar. Quiere que le cuente cómo fue su vida en París, quiere saber cómo aprendió todo lo que sabe y quién fue la criatura tan culta y docta en temas tan interesantes como el arte, la filosofía o la política. Desea saber qué clientes tuvo, qué lugares conoció. En fin, desea que le cuente la aventura de su vida que comenzó a los diecisiete años.
En resumidas cuentas —muy resumidas—, de esto se trata esta nueva novela que quiero realizar, pero hoy… veintiséis de diciembre a las 00:30 horas, me resulta endemoniadamente imposible poder escribir párrafos enteros y coherentes.
Quiero encontrar la inspiración y avanzar con esta historia… pero no puedo encontrarla, parece que esta noche no podré trabajar en esto.
Espero continuar pronto con el desarrollo de esta historia.

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