Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

lunes, 27 de junio de 2011

La presencia

La soledad


El contacto

Lo superior

La armonía
Tal vez no sean todas las cosas que necesitamos en la vida... pero al menos, a mi parecer, sí son las cosas que debemos reconocer que necesitamos.

La presencia de algo o alguien;
nuestra propia soledad,
el contacto de algo o alguien;
la presencia de algo o alguien superior; y,
la armonía de todo nuestro alrededor.

Que la Vida les sonría.

Pensar en ti

Pienso en ti...
¿Qué significa pensar en él?
¿A qué nos referimos cuando, en alguna plática romántica e íntima con la persona que amamos, decimos “pensé todo el día en ti”?
Pensé todo el día en ti.
En principio ―y lógicamente― me parece un poco difícil de creer que pasemos “todo el día” pensando en una persona. Ni siquiera cuando esa persona se encuentra en peligro, delicada de salud o en alguna situación difícil, pensamos “todo” el día en ella.
Lo que quiero decir, en otras palabras, es que con tantas cuestiones que tenemos en nuestras mentes, que agobian y alegran nuestra vida, que complementan cada mañana y cada tarde, y que naturalmente cambian por las noches; resulta verdaderamente imposible pensar todo el día en una persona determinada.
Sin embargo, la frase “pensé (o pienso) todo el día en ti”, para mí, tiene un significado mucho mayor que la simple, aunque complicada, labor de traer a X en la mente. A mi percepción, significa que recordé alguna actividad que hicimos, alguna sonrisa, algún sabor o aroma; algo particular y especial que me recuerda a su persona, su nombre, que me recuerda a “él”.
Es cierto que también puedo preguntarme ¿qué estará haciendo? O ¿en dónde estará?, pero más que nada el pensamiento de alguien durante todo un día, de sol a sol e incluso de noche, me parece que se refiere a las experiencias vividas, discusiones superadas ―o sin superar― y también en los sueños y aventuras que aguardan frente a nosotros, a mitad o al final del camino.
Así que, hoy ―lo confieso―, pensé todo el día en ti.
Pensé en esas noches que pasamos juntos, pensé en tus caricias y pensé en tu sonrisa.
Recordé la felicidad que me dio cuanto te abracé el día de tu graduación, o cuando tú me abrazaste en la mía; recordé la alegría que me invadió cuando me entregaste mi regalo de cumpleaños, el primer cachorro que he tenido en toda mi vida.
Intenté comprender las discusiones que hemos tenido, para encontrar alguna razón que me hiciera comprender el por qué de mis gritos o el por qué de tus desplantes… no encontré ninguna, pero supongo que en su momento todo parecía tan importante. Lo bueno es que en este momento, aquellos argumentos carecen de total importancia.
Recordé las pláticas que hemos tenido, tanto profundas como triviales; recordé tu aroma, lo traje hasta mí, mientras estaba sentado a mitad del pasto oscuro. Recordé tus detalles y tus regalos… los trazos que hiciste sobre alguna hoja de papel blanco y que los firmaste con tu puño y letra, con la tinta del corazón.

Hoy pensé todo el día en ti… porque pensar en ti, es recordar lo que fue y esperar lo que será.

lunes, 20 de junio de 2011

Nueva entrada

El foco, lejos o cerca, depende lo que quiera ver
Aiden regresa con una nueva anecdota... espero que les agrade

(Parte superior, debajo del banner, DIARIO DE AIDEN.)
Saludos a todos, dedicado con amor y cariño a Thadeus.

viernes, 17 de junio de 2011

Extract

Me encuentro leyendo la novela HALF-LIFE, de Aaron Krach. Aunque apenas voy en el tercer capítulo, me di cuenta que la historia está construida de una manera amigable y sencilla, y un fragmento que me causó gracia (dado que en muchas ocasiones, supongo, nos ha sucedido alguna cosa similar) es éste que a continuación dejo.

"There was the neighbor in college who liked to wash his Jeep wearing only running shorts. Jeff remembered the hair running down from his chest into the elastic waistband of his shorts. The scene was all soapy water, shiny metal, and sweat-covered skin. And the dodybuilder in his heibborhood; he was too big for Jeff, but he peraded his increadibly developed but shaved-smooth chest for all to see in his convertible Miata. Shop, just shop, Jeff thought. Baked goods: sugar, powdered sugar, cocoa, flour, wheat flour, no-wheat flour [...]
Oh, yeah, and him, the guy on the video he´d just seen at AK47: a dirty-blond model with a goatee filmed driving throughsome Sedona-like desert until he arrived at a piceof knocked-over split-rail fencing. the camerea zoomed in on biceps covered by beautifully tanned skin. Then there was the magazine spread he'd seen only once, but now remembered as if it had been his all-time favorite: a flannel shirt-wearing, hairy-bear type jerking off in an auto reparir shop, stroking himself next to all the greasy equipment until he shot his load.
Granola, find the granola!".

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Este fragmento de la historia habla de Jeff, uno de los principales personajes de la obra, oficial de policía en el pueblo de "Angelito" California, cerca de L.A., (Un lugar ficticio, según el autor).
En la historia, Jeff llega a una enorme tienda de autoservicio para comprar algo ligero y saludable que cenar después de un día libre de trabajo y de una corta visita al bar AK47 (el bar gay más cercano a su casa). mientras atraviesa el estacionamiento, alcanza a ver a dos chicos (dos jóvenes que conversan sobre el cofre de un auto) y mágica y misteriosamente su mirada se entrelaza con la de uno de ellos -Adam-.
Dentro de la tienda, la presencia del atractivo chico sigue al oficial de policía pasillo tras pasillo. Estante tras estante.
Y decía al inicio que me agradó esta escena ya que resulta cierto que mientras intentas concentrarte en una simple tarea, en este caso conseguir la maldita granola para cenar, las escenas de montones de películas porno, revistas, imágenes de internet, experiencias pasadas (tanto terribles como las más placenteras) regresan para cazarnos y corretearnos por toda nuestra memoria.
¿A quién no le ha sucedido esto? ¿Quien no ha intentado encontrar algo en la tienda, comprar una camisa en el centro comercial, y no deja de pensar en todas las situaciones -si no extraordinarias-, lo bastante estúpidas o divertidas para dejarlas de lado?

Bien, es hora de iniciar el día... saludos a todos, y comenten sus anécdotas...

domingo, 12 de junio de 2011

El lago


A
quél día, caminaba por la orilla del lago. Me sentía particularmente animado y recuerdo haber traído una deliciosa sonrisa en mi corazón y no solo en mi rostro.
Recuerdo que el cielo comenzaba a cubrirse por unas gruesas y espesas nubes que anunciaban la inminente llegada de una deliciosa tormenta de verano. Deseaba con todo mi corazón que las gotas de agua resbalaran por mi rostro, mojaran los mechones de mi cabello y refrescaran mi piel. Deseaba, con tanto anhelo, que las caricias del cielo marcaran mis ropas y me llevaran a anhelar un abrazo cálido y humano, que en ese momento no tenía.
Caminé hasta llegar al desvencijado muelle, brinqué la ingrata cadena oxidada que se había cansado de prohibir el paso y avancé a través de agujeros y tablas quebradas hasta alcanzar el final. Había poco oleaje, de hecho solo se percibía un infinito movimiento ocasionado por las débiles corrientes del lago.
Permanecí de pie un momento, tan solo unos cuantos minutos, y después me senté, dejé mis sandalias de lado y eché los pies al agua. Estaba fría, o tal vez la sentí así por la caminata de hacía poco, pero me resultó bastante relajante. Me sostuve con mis manos sobre la madera y eché mi cabeza hacia atrás. Contemplé profundamente el cielo, que ya estaba coloreado de un tono gris  y azul.
―Perfecto ―dije en voz alta, para nadie más que para mí―, envía ahora tus gotas traslucidas y serenas, envíame la vida.
E inmediatamente comenzó a llover.
Las gotas mojaron mis mejillas, besaron mis labios, lamieron mi cuello y jugaron con mi cabello. Mis ropas se empaparon completamente y se ajustaron a mi cuerpo. Fue toda una delicia, ¡todo un espectáculo!
―¡Maravilloso! ―dije con una gran sonrisa, pero inmediatamente pensé en que no recibiría ningún abrazo, aquellos labios con los que tanto había soñado, no llegaría. Aquél corazón que tanto anhelaba encontrar, después de una búsqueda incansable en compañía de demonios y ángeles negros, no llegaría de una forma tan simple.
No podría ser posible, no podría encontrar ese amor aunque lo pidiera con todas mis fuerzas, con las fuerzas de mi pasión. No lo encontraría con tan solo pedirlo, no era posible que llegara a mi lado como la lluvia torrencial que me auscultaba todo el cuerpo. No llegaría de esa manera, pero aún así… lo pedí. Pedí, de nuevo y de nuevo, que llegara hasta mi lado, que me hablara y me hechizara con su sonrisa.
Me divertí pensando e imaginando que de pronto él aparecía, con un pantalón de manta blanca y una playera traslúcida, con sus pies descalzos y su alma libre como el viento. Me divirtió tener la posibilidad de abrir mis ojos y verlo, de pie, a mi lado.
Sin embargo, lo que observé, contrario a lo que esperaba, me desconcertó aún más que si todos mis sueños se hubieran realizado.
Cerca de una pequeña roca ―al menos pequeña sobre la superficie―, observé lo que me parecieron ser dos manos, pegadas a sus brazos.
―¡Dios mío! ―dije mientras me ponía de pie― ¡Se está ahogando!
Pero el agua parecía estar en perfecta calma, no había movimientos bruscos ni gritos desesperados. Nada. Solo la lluvia que golpeaba alegremente la superficie del lago, pero nada más.
Enfoqué mi vista y entonces pude observar atentamente. Era un cuerpo, sí, pero no estaba muerto como mucho lo temía, sino que nadaba alegremente alrededor de la roca. ¿Qué loco se metería a nadar al lago en ese momento?
―Uno como alguien que se sienta en un viejo muelle a mojarse con la lluvia ―me contesté con una divertida sonrisa.
De pronto, un chico surgió de las profundidades del lago y se apoyó sobre la mojada roca. De la superficie del agua solo se observaba su pecho, y sus brazos, su cabello era de color oscuro. Hermoso.
―Ven conmigo ―me dijo mientras me tendía su mano y me arrojaba una mortal sonrisa―, no temas, ven conmigo.
Al principio no comprendí qué sucedía, y reconozco que un peculiar sentimiento de incertidumbre se apoderó de mi mente y de todo mi cuerpo. Pero los pude superar prácticamente al instante, y fue entonces que me di cuenta de quién era ese chico. Era a quien había estado esperando desde hacía mucho tiempo. ¡Maravilloso! ¡Mis plegarias fueron escuchadas!
¡Por Dios, o por Zeus ―qué importa―, me escucharon!
―Ven conmigo ―repetía y repetía el chico mientras sostenía su deliciosa sonrisa.
Cuando le pedí que se acercara un poco más, lo que hizo disipó todas mis dudas.
Se apoyó un poco más sobre la roca y alcanzó a elevarse unos cuantos centímetros más, los suficientes para notar lo que aparecía en su cadera, debajo de su cintura.
―Dios mío, es verdad…
A unos cuantos centímetros de su espalda ―en cuanto me percaté de la verdad―, alegremente salió una hermosa cola de color azul eléctrico.
Entonces se acercó nadando hasta donde yo me encontraba, siempre con su encantadora sonrisa, y fue cuando preguntó:
―¿Cómo te llamas?

miércoles, 8 de junio de 2011

Be...

Be as free as You want to be…

martes, 7 de junio de 2011

Colección EYES

¿Son los ojos las verdaderas ventanas del alma?
 ¿Qué percibimos a través de ellos?
 ¿Qué sentimientos se reflejan, como gotas de agua sobre un espejo?
¿Qué deslumbrantes maravillas y terribles tormentos esconden detrás de esos colores?
¿Qué sensaciones exponen con cada parpadear, las perlas verdes, azules o negras?
¿Son los ojos las verdaderas ventanas del alma?

Iusnaturalistas o Iuspositivistas

Publico ahora, algunos pensamientos distintos a los que siempre expongo. Una cuestión jurídico-filosófica.
(Se aceptan comentarios)

¿Iusnaturalismo o iuspositivismo?

Ambas corrientes parecen tener los suficientes puntos a favor como para hacernos dudar al seleccionar una.
Por un lado, el iuspositivismo establece que el orden jurídico que debe observarse―y por consiguiente cumplirse― es solo aquel que el legislador (único órgano legitimado para crear los cuerpos legales que habrán de regir nuestra convivencia en sociedad) emite mediante el pleno ejercicio de sus obligaciones, que propiamente le confieren las leyes.
En otras palabras, la ley le da poder a los órganos legislativos (Congreso de la Unión y legislaturas estatales) para emitir los cuerpos legales y conjunto de disposiciones jurídicas que habrán de establecer las “reglas” para el correcto desarrollo del juego en sociedad; y, a su vez, el Poder Legislativo crea estas leyes que a fin de cuentas legitima el actuar de dicho poder público.
Por lo tanto, es la ley la que legitima el actuar del Poder Legislativo.
Aunque, a este respecto, no concuerdo con este sustento.
Me parece que, en realidad, quien legitima el actuar del Poder Legislativo ―de los congresos y de las cámaras de Senadores y de Diputados― es la propia sociedad que por medio del voto popular designa a dichos representantes.
Por lo tanto, se incorpora entonces un tercer jugador en esta secuencia circular que parece no tener ni comienzo ni final. Tenemos la ley, que autoriza al Poder Legislativo para emitir normas jurídicas; y es este Poder quien emite las leyes que se aplicarán en un grupo social, pero es el propio grupo social quien faculta al Poder Legislativo para emitir leyes, porque ―precisamente― la misma ley así lo establece.
Lo cual nos presenta una especie de círculo ―virtuoso o vicioso, no importa―, ciertamente, interesante.
El iuspositivismo nos dice que la única ley que habrá que observarse, decía en un comienzo, será aquella que el Estado ―a través del órgano respectivo― establezca como obligatoria, siempre y cuando haya cumplido con el debido procedimiento de promulgación, mismo que el propio ordenamiento establece con anterioridad a la creación de una nueva norma jurídica.
En contra posición, el iusnaturalismo, afirma que todo ser humano, por el hecho de serlo, es acreedor de diversos derechos que son intrínsecos a su persona, muy a pesar de que el ordenamiento jurídico de un estado, no los regule.
A grandes rasgos, el iusnaturalismo atiende a la propia naturaleza de la persona como titular de derechos que van más allá de lo establecido en un código civil o ―incluso― en una constitución; por lo que, su naturaleza ―del iusnaturalismo― es de carácter subjetiva, ya que atiende a la persona, ubica al ser humano en un contexto mundial y supraestatal, y le otorga un cúmulo de derechos que deben ser respetados con independencia de que el estado donde se encuentre dicho individuo, los tenga o no regulados.
Como decía, ambas posturas tienen sus puntos a favor, ya que en el iuspositivismo encontramos una certeza jurídica que nos asegura que los derechos consagrados en algún cuerpo normativo-jurídico, sea éste del rango que sea, deberá ser respetado por el Estado, so pena del ejercicio de acciones de defensa que el particular tiene frente a los órganos estatales, verbigracia el juicio de amparo en el Derecho Mexicano.
Aunque, por otro lado, el iusnaturalismo atiende a una realidad más, si se quiere, “idealista”. Protege a la persona en un ámbito incluso de carácter internacional. Aunque en su estado de origen no se tutelen ciertos derechos, la persona tiene esos derechos.
A pesar de las ventajas que ambas corrientes filosófico-jurídicas presentan, considero más acertado un sistema tendiente a representar el iusnaturalismo, ya que reconoce una naturaleza humana y, a su vez, una dignidad que toda persona merece frente a la maquinaria estatal.
Es un tema por demás interesante… aunque solo pregunto: ¿Iuspositivistas o iusnaturalistas?

Be

Be blind at the world’s unfair judgments.

domingo, 5 de junio de 2011

Nueva experiencia

¿Qué puedo decir a cerca de lo que me sucedió hace apenas unos cuantos minutos?
Me sentí liberado... me sentí como aquella vez que realicé algo por mi mismo.
¿Recuerdan la primera vez que patinaron solos? ¿La primera vez que pudieron subirse a la azotea de la casa, sin ayuda alguna?
Pues una sensación de liberación similar me ocurrió esta tarde cuando caminaba y hacía ejercicio en los terrenos de la universidad.

Amor... por fin comencé: primero caminé y luego corrí como tu me sugeriste, en contra de todos.
Espero haber comenzado ese proceso de "mejora personal" del que habíamos hablado hace algunas noches.

miércoles, 1 de junio de 2011

Pienso

Lo difícil no es decir que te extraño; lo difícil es extrañarte.
A.A.R.