Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

miércoles, 16 de abril de 2014

Sus caricias.

Sus caricias fueron sinceras, modestas y potentes. En cada una de ellas, me extraviaba en la inmensidad, en lo profundo de la eternidad de aquella mezcla de sensaciones, pensamientos y abstracciones.


Mi cuerpo olvidaba su esencia, dejaba de lado el recuerdo de la locura y la opresión; perdía su consistencia; mis pensamientos se fundían en un vertiginoso ataque de sonidos, aromas y calor de manos; luchaba por mantener la cordura.

Sus caricias me obligan a cerrar los ojos, agudizar mi oído y humedecer mis labios.