Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

martes, 29 de marzo de 2011

De textos polvorientos

De textos polvorientos está lleno mi librero. Obras que disfruté con demasía leerlos, y otros que ni siquiera he podido pasar del prólogo.



En fin, supongo que es una de las delicias de conseguir un libro, poder darnos el lujo de comenzar a leer y decidir (con base en el contenido) si continuamos o lo dejamos de lado.


En esta ocasión, dentro de las entradas en donde expongo algunos extractos, tomamos a Lestat el Vampiro, el segundo título de la primera entrega de las crónicas vampíricas.



“Caía ya la tarde. El sol entraba al sesgo por la ventana y el fuego del hogar estaba muy vivo. Y… estábamos muy borrachos. No habíamos llegado a pedir la cena y yo me sentía más feliz que nunca en mi vida. Me acosté en el apelmazado colchón de paja del camastro con las manos detrás de la cabeza, observándole mientras sacaba el instrumento.


Se llevó el violín al hombro y empezó a puntear las cuerdas mientras las afinaba ajustando las clavijas.


Después levantó el arco y lo dejó caer con fuerza sobre las cuerdas para hacer sonar la primera nota.


Me incorporé hasta quedar sentado y apoyado con la espalda contra la pared de madera; le miré fijamente, pues no podía creer en el sonido que empecé a escuchar.


Entró en la melodía desgarrándola, arrancando las notas del violín. Y cada una de ellas era translúcida y vibrante. Nicolas tenía los ojos cerrados, la boca un poco distorsionada, el labio inferior ligeramente ladeado; y lo que me encogió el corazón casi tanto como la propia tonada fue ver cómo todo su cuerpo se fundía en la música, cómo su alma se apretaba al instrumento como si fuera un sensible oído más.


Jamás había escuchado música como aquella, tales vigor e intensidad, los rápidos y brillantes torrentes de notas que surgían de las cuerdas. Estaba interpretando una pieza de Mozart y tenía toda la alegría, la ligereza y el intenso encanto de cuanto Mozart escribió.


Cuando terminó, yo estaba mirándole, y me di cuenta de que yo tenía mi cabeza apretada entre ambas manos.


―¿Qué os sucede, monseñor? ―exclamó él, casi con impotencia.


Me puse en pie y le estreché entre mis brazos y le besé en ambas mejillas y besé el violín.


―Deja de llamarme monseñor ―le dije―. Llámame por mi nombre.


Me tendí de nuevo en la cama y hundí el rostro en el brazo y romí a llorar y, una vez hube empezado, no pude parar. Él se sentó a mi lado, me abrazó y me preguntó por qué lloraba, y, aunque no pude explicárselo, advertí que estaba abrumado por el efecto que me había producido su música. En ese instante, no había en Nicolas el menor sarcasmo, la más mínima amargura.


Creo que, esa noche, él me llevó al castillo de mi familia.


Y, a la mañana siguiente, yo estaba en la zigzagueante calle empedrada, delante de la tienda de su padre, arrojando piedrecitas a su ventana.


Y, cuando al fin asomó la cabeza, le pregunté:


―¿Quieres bajar a continuar nuestra conversación?”



Lestat el Vampiro.


Título original: The Vampire Lestat


1ª edición agosto 2004.


Ediciones B, S.A., 2004.


ISBN: 84-666-1688-8

3 comentarios:

La Marquesa de Malvrier dijo...

Muy buen extracto!!! es cuando Lestat comienza a percibir la inmensidad de la oscuridad del Jardín Salvaje!!! Muy buen libro, mi favorito de toda la saga, deberías poner por favor el extracto donde Armand intenta seducirlo y luego lo ataca, donde le dice que si se desean mutuamente por qué no están jutos? si sabes cual??? en un baile :D
Saludos Alexander!!!!

Xander VanGuard dijo...

Pues si, la verdad me encanto esa parte de la historia -ironicamente- quizas por que se trata de dos seres humanos.
Me encantan las historias de vampiros, y vampiros con humanos; pero hay algo en esa escena que me gusto. Quizas la esencia humana de los dos. El que esten borrachotes y risa y risa... Tal vez me senti identificado jajajaja.

Buscare la escena que me recomiendas y claro que la voy a publicar.
Saludos! Y que bueno que te gusto la entrada, seguiremos publicando! ;)

La Marquesa de Malvrier dijo...

Caballero VanGuard:
He terminado de leer su texto titulado Eros...me encantó, dejando de lado la trama meramente homosexual; vamos, es una historia universal, digo, la eterna búsqueda del verdadero amor, aquel amor que nos tranquiliza, de hecho me permito citar unas lineas tuyas que me han sosegado y que me han infudido fuerzas, porque volvemos al principio, la búsqueda del amor, es universal:
"Una relación debe ser intensa, atrevida, constante pero sobre todo que debe traer consigo un sentimiento de paz y tranquilidad recíprocos".
De hecho, en varias ocasiones me identifiqué con tu solitario protagonista y espero que algún día mi búsqueda termine...y termine en final feliz.
Felicidades amigo y gracias por dejarme leer tu historia :D
Nos vemos!!!