Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

sábado, 12 de febrero de 2011

Pesadilla

El chico despertó aquella noche con una sensación que lo había atormentado en sus sueños.
En su pecho había unas cuantas gotas de sudor, producto del miedo y la desesperación de aquella terrible pesadilla.
Sus ojos estaban inundados de lágrimas, sus manos temblaban mientras intentaba convencerse que todo había sido sólo eso: una terrible pesadilla.
No podía tranquilizarse y la oscuridad de la habitación, reconfortante en otras ocasiones, parecía que se volvió contra suya y ahora lo sofocaba de una manera que resultaba insoportable.
El silencio ahí dentro, la oscuridad y el viento que chocaba contra la ventana cerrada, hacía que todo lo que soñó pareciera verdadero. Parecía que las figuras, los gritos y el llanto eran reales.
Sintió entonces el cálido tacto de un cuerpo conocido a su lado. Percibió los latidos de aquél maravilloso corazón que le gritaba te amo con cada latido que daba. Respiró profundamente y entonces cayó en la cuenta: todo fue un sueño. Nada más.
Se inclinó un poco sobre el cuerpo de su amado y percibió la paz y tranquilidad de su profundo sueño. Percibió la serenidad que irradiaba su cuerpo, se acercó un poco más a él y besó el hombro desnudo que sobresalía de la cobija de la cama.
Acarició su piel. Su cuello y su hombro, con tranquilidad y sin prisa. Acarició la suave piel y el gemido -casi inaudible- le aseguró que todo estaría bien... mientras siguiera a su lado.
Le aseguró que todo había sido sólo eso: una terrible pesadilla.

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