Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

domingo, 24 de febrero de 2013

#DiscriminacióneIntoleranciaoLibertaddeExpresiónenlasRedesSociales I


A comienzos de la semana, a través de la red social Twitter, circularon varias frases —conocidas dentro de esa plataforma informática como hashtag (HT)— que hacían referencia a un tópico particular, denigrante, intolerante; que inmediatamente generó la reacción de partidarios y opositores.
Circuló por toda la red en cuestión de horas, como generalmente sucede en estos medios pues esa es su finalidad: la difusión rápida de eventos, noticias, opiniones y, en fin, cualquier tipo de información; fue un conocido HT que provocó comentarios tanto a favor como en contra, e incluso culminó con posicionarse como una tendencia (trending topic [TT] como se le conoce) dentro de las listas en la red social.
La aparición de este hashtag, y más que eso lo que verdaderamente se pretende dejar en claro, me llevó a preguntarme ¿cuál es la diferencia entre la discriminación y la intolerancia y la libertad de expresión que toda persona tiene?
¿Qué hace a un comentario, uno racista, homofóbico, sexista? ¿Cuándo hacemos comentarios discriminatorios? Y si nos adentramos aún más en el tema, me resulta necesario preguntarme ¿qué es la discriminación?
Para dar respuesta a estas interrogantes, comienzo por la última de ellas.
El comentario que ocasionó el disgusto (y, lamentablemente, el apoyo) de la comunidad ligada al Twitter, fue éste, de carácter homofóbico: #SeFelizYMataAUnHomosexual. Además de otros de índole similar como #NoALaAdopciónEntreHomosexuales, aunque indudablemente fue el primero el que ocasionó gran revuelo y disgusto entre los usuarios.
¿Qué es la discriminación?
La Real Academia de la Lengua define la discriminación como la acción y efecto de discriminar, y ésta, a su vez, la define como “dar un trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etcétera”.
La definición de la palabra, por parte de la RAE, francamente nos deja muy cortos en cuanto a lo que es la discriminación, o al menos no aclara a fondo una problemática concreta; sin embargo, sí nos da un panorama concreto y entendible: dar un trato de inferioridad a una persona por diversos motivos.
Según la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos para el Estado de Nayarit, “la discriminación es una forma de violencia pasiva; convirtiéndose, a veces, este ataque en una agresión física”; y, afirma que: “Los individuos que discriminan tienen una visión distorsionada de la esencia del hombre y se atribuyen a sí mismos características o virtudes que los ubican en un escalón más arriba que ciertos grupos”.
Históricamente, han sido motivos políticos, raciales, religiosos; aunque, en la actualidad, existen mayores elementos para crear discriminación y medios mucho más sutiles que los empleados anteriormente; ya no tenemos campos de concentración, los exiliados políticos son menos —a comparación con los que existían hace treinta, cuarenta o cincuenta años—; la apertura a la diversidad (cultural, sexual, ideológica, religiosa) verdaderamente se ha abierto paso a través de las mentalidades duras y cerradas que continúan hasta nuestros días; sin embargo, estas cuestiones continúan presentes en los grupos sociales, a través de mecanismos “inofensivos”, que bien no merecen la pena regular y estudiar con detenimiento, pues parecieran no representar una amenaza real.
Los mecanismos empelados actualmente (además de los históricamente conocidos, empleados aún en determinados países del mundo), para generar discriminación, están al alcance de todos, niños y adultos. Y es precisamente en este nuevo mundo que evoluciona desde hace unos años, el de las redes sociales, en donde encontramos la mayor cantidad de ataques y agresiones y de violencia en contra de sujetos determinados.
No deberá sorprendernos —aunque sí nos alarmarnos— el incremento en el número de suicidios a consecuencia del acoso escolar y las agresiones psicológicas, principalmente, tratándose de adolescentes, a través de las redes sociales.
No hablamos de un legítimo ejercicio de la libertad de expresión. No tenemos un comentario aislado y singular, que refleja la opinión de una persona (y que válidamente puede expresarlo por los medios de su agrado), sino que vemos un ataque, una agresión, de una forma sutil, pero peligrosa.
Quizás la influencia del HT, motivo de la creación de este trabajo, no se considere trascendental o importante; sin embargo, sí consideramos que fomenta la intolerancia y la agresión hacia un grupo determinado.

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