Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

viernes, 17 de junio de 2011

Extract

Me encuentro leyendo la novela HALF-LIFE, de Aaron Krach. Aunque apenas voy en el tercer capítulo, me di cuenta que la historia está construida de una manera amigable y sencilla, y un fragmento que me causó gracia (dado que en muchas ocasiones, supongo, nos ha sucedido alguna cosa similar) es éste que a continuación dejo.

"There was the neighbor in college who liked to wash his Jeep wearing only running shorts. Jeff remembered the hair running down from his chest into the elastic waistband of his shorts. The scene was all soapy water, shiny metal, and sweat-covered skin. And the dodybuilder in his heibborhood; he was too big for Jeff, but he peraded his increadibly developed but shaved-smooth chest for all to see in his convertible Miata. Shop, just shop, Jeff thought. Baked goods: sugar, powdered sugar, cocoa, flour, wheat flour, no-wheat flour [...]
Oh, yeah, and him, the guy on the video he´d just seen at AK47: a dirty-blond model with a goatee filmed driving throughsome Sedona-like desert until he arrived at a piceof knocked-over split-rail fencing. the camerea zoomed in on biceps covered by beautifully tanned skin. Then there was the magazine spread he'd seen only once, but now remembered as if it had been his all-time favorite: a flannel shirt-wearing, hairy-bear type jerking off in an auto reparir shop, stroking himself next to all the greasy equipment until he shot his load.
Granola, find the granola!".

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Este fragmento de la historia habla de Jeff, uno de los principales personajes de la obra, oficial de policía en el pueblo de "Angelito" California, cerca de L.A., (Un lugar ficticio, según el autor).
En la historia, Jeff llega a una enorme tienda de autoservicio para comprar algo ligero y saludable que cenar después de un día libre de trabajo y de una corta visita al bar AK47 (el bar gay más cercano a su casa). mientras atraviesa el estacionamiento, alcanza a ver a dos chicos (dos jóvenes que conversan sobre el cofre de un auto) y mágica y misteriosamente su mirada se entrelaza con la de uno de ellos -Adam-.
Dentro de la tienda, la presencia del atractivo chico sigue al oficial de policía pasillo tras pasillo. Estante tras estante.
Y decía al inicio que me agradó esta escena ya que resulta cierto que mientras intentas concentrarte en una simple tarea, en este caso conseguir la maldita granola para cenar, las escenas de montones de películas porno, revistas, imágenes de internet, experiencias pasadas (tanto terribles como las más placenteras) regresan para cazarnos y corretearnos por toda nuestra memoria.
¿A quién no le ha sucedido esto? ¿Quien no ha intentado encontrar algo en la tienda, comprar una camisa en el centro comercial, y no deja de pensar en todas las situaciones -si no extraordinarias-, lo bastante estúpidas o divertidas para dejarlas de lado?

Bien, es hora de iniciar el día... saludos a todos, y comenten sus anécdotas...

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