La luz de la manana comenzo a abrirse paso y a dicipar las tinieblas que reinaron las horas anteriores.
Tome fuertemente su mano mientras el poderoso sol salia detras de las heladas aguas del Atlantico y caminaba a traves del cielo.
Fueron unos minutos que me resultan imposibles de describir. Fueron magicos.
Senti su abrazo por mis hombros y espalda, acaricio mi cuerpo para ayudarme a entrar en calor y mientras yo pensaba en lo maravilloso que es este mundo cuando estoy a su lado.
Sujeto con mas fuerza mi mano y volteo a verme. Sus ojos lo dijeron todo.
Incluso las palabras que no se hablaron, sus ojos las pronunciaron a la perfeccion, y entonces lo supe:
Era con el con quien queria observar todos los anocheceres y amaneceres de toda mi vida...
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