Iniciamos un nuevo mes con todas las expectativas
que esto nos deja. Empezamos diciembre con una gran sonrisa puesto que es el
mes de la alegría y las fiestas, y efectivamente, ¡comenzamos con una enorme
celebración que se encuentra a menos de veinticuatro horas de distancia!
Estamos en semana de aniversario, y es que
en unas cuantas horas se cumplirán cinco años que hemos estado juntos, él y yo
—el amor de mi vida— en un caminar que ha resultado, en una palabra,
satisfactorio.No, aunque no puedo resumir todo en esa terrenal palabra, satisfactorio, me resulta imposible reducir a trece letras todas las aventuras que hemos vivido juntos. No puedo acotar a una palabra que utilizamos cuando tenemos una experiencia simplemente agradable. Es mucho más que eso, ha sido una aventura, un sueño, toda una compleja novela que tiene una trama, conflictos centrales y alegrías que superan todas las dificultades que se les presentan a los personajes.
¿Qué me hace caminar? ¿Qué ocasiona que me
mueva? Su sonrisa. Sus ojos. Sus besos. Sus abrazos. Sus palabras de cariño.
Sus ocurrencias. Su imaginación. Su espíritu. Su sentido de ubicuidad. Su
responsabilidad. Su tranquilidad. Su temperamento explosivo. Su corazón. Su
cuerpo. Su afecto hacia nuestro perro. Sus ganas de festejar cualquier cosa. Su
inteligencia.
Podría continuar y continuar sin detenerme
y decir que cada dedo de sus manos y de sus pies, cada cabello y cada vello de
su pecho me hacen seguir a su lado. Somos uno, no podemos ser separados; el
intentarlo sería como si quisiéramos arrancar las estrellas del cielo. Es
imposible.Seguimos adelante y… pronto será dos de diciembre. Cinco años de luchas, risas, llanto e ilusiones. Cinco años de caricias y besos, abrazos y apapachos. Cinco años…
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