El reloj de la torre decía que un nuevo dia iniciaba
El reloj de la torre comenzo y termino con la primera campanada.
Paso su mano por su pecho como hacia tiempo no lo hacia: despacio y saboreando cada momento.
El reloj de la torre comenzo y termino con la segunda campanada.
Sus labios estaban sedientos del sabor de los suyos. Se arriesgo a probarlos y perderse nuevamente en ese mar de deseo e incomparable sabor.
El reloj de la torre comenzo y termino con la tercera campanada.
Las sedientas y ansiosas manos del chico viajaron al abdomen del amigo que estaba tirado frente a el, con una sonrisa de verdadero gusto y placer.
El reloj de la torre comenzo y termino con la cuarta campanada.
Sus dedos se divertian en la piel tersa y suave, firme y delineada, del chico que compartia con el aquel lecho erotico y seductor cubierto de seda.
El reloj de la torre comenzo y termino con la quinta campanada
Las ropas de ambos estaban tiradas sin cuidado ni ceremonia en el suelo de la habitacion, mudos e inservibles testigos de la lujuria y el deseo de aquellos cuerpos.
El reloj de la torre comenzo y termino con la sexta campanada.
La respiracion de aquellas dos almas que estaban por unirse mutuamente, y embarcarse en una gran aventura, se hizo mas intensa, igual que las caricias de sus manos.
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