: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas. «Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :
¡Felicidades México!
Publicar un comentario
No hay comentarios:
Publicar un comentario