El sueño fue tan real que no
quería despertar:
Desnudos estábamos, entre las cobijas de la cama
con risas, besos y caricias.
Tus manos jugaban en mi piel, tus ojos me seducían
libremente.
No quería despertar.
Tomaste mi cintura, me besaste sin censura.
Tus manos reclamaron lo que deseaban.
Abiertamente, libremente, sin conciencia;
ninguno pensaba en lo que hacíamos.
Era tan maravilloso, que no quería despertar.
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