¿Será posible?
¿Será posible poner en palabras la deliciosa sensación
que experimento cada vez que me tomas entre tus brazos?
La noche era fresca y el tacto con tu cuerpo era
irresistible.
El calor de tu piel, de tu respiración.
Lo recuerdo perfectamente.
Lo recuerdo todo.
Me recostaste sobre las cobijas, las velas ardían a
nuestro alrededor.
Un cuarto vacío, salvo por una cama y montones de
velas encendidas. Hadas de fuego que danzaban sobre sus altares de cera. Una
delicia.
Tomaste mi cintura, con ambas manos, no deseabas
hacerme daño, solamente acompañarme en el mejor viaje que jamás haya realizado.
Te colocaste entre mis piernas, una de cada lado de
tu cuerpo.
Con la punta del deseo atravesaste el umbral de mis
fantasías.
Donde nacen y mueren las ilusiones.
Encendiste la llama en mi interior, con la antorcha
que irradiaba lujuria.
Cerré mis ojos, lo admito, exclame tantos gemidos
que me fueron imposibles de contar. Tomé entre mis puños las sábanas, mientras
recibía la delicia de tu amor.
Fue una experiencia humana, mejor que todas las
divinas que he contemplado.
¿Será posible explicar con palabras la deliciosa
sensación que experimento cada vez que tomas mi cuerpo?
¿Cómo describes el contacto de dos seres humanos?
¿Cómo detallamos la magia de juntar piel con piel,
aliento y aliento; sudor y sudor?
¿Cómo expreso la magia que producen tus caricias,
tus manos, tu boca, tu lengua?
¿Será posible?
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