A comienzos de la semana, a través
de la red social Twitter, circularon varias
frases —conocidas dentro de esa plataforma informática como hashtag (HT)— que hacían referencia a un
tópico particular, denigrante, intolerante; que inmediatamente generó la
reacción de partidarios y opositores.
Circuló por toda la red en cuestión
de horas, como generalmente sucede en estos medios pues esa es su finalidad: la
difusión rápida de eventos, noticias, opiniones y, en fin, cualquier tipo de
información; fue un conocido HT que provocó comentarios tanto a favor como en contra,
e incluso culminó con posicionarse como una tendencia (trending topic [TT] como se le conoce) dentro de las listas en la
red social.
La aparición de este hashtag, y más que eso lo que verdaderamente
se pretende dejar en claro, me llevó a preguntarme ¿cuál es la diferencia entre
la discriminación y la intolerancia y la libertad de expresión que toda persona
tiene?
¿Qué hace a un comentario, uno racista,
homofóbico, sexista? ¿Cuándo hacemos comentarios discriminatorios? Y si nos
adentramos aún más en el tema, me resulta necesario preguntarme ¿qué es la
discriminación?
Para dar respuesta a estas
interrogantes, comienzo por la última de ellas.
El comentario que ocasionó el disgusto
(y, lamentablemente, el apoyo) de la comunidad ligada al Twitter, fue éste, de carácter homofóbico: #SeFelizYMataAUnHomosexual. Además de otros de índole similar como #NoALaAdopciónEntreHomosexuales, aunque
indudablemente fue el primero el que ocasionó gran revuelo y disgusto entre los
usuarios.
¿Qué es la discriminación?
La Real Academia de la Lengua define
la discriminación como la acción y efecto de discriminar, y ésta, a su vez, la
define como “dar un trato de inferioridad a una persona o colectividad por
motivos raciales, religiosos, políticos, etcétera”.
La definición de la palabra, por
parte de la RAE, francamente nos deja muy cortos en cuanto a lo que es la
discriminación, o al menos no aclara a fondo una problemática concreta; sin
embargo, sí nos da un panorama concreto y entendible: dar un trato de
inferioridad a una persona por diversos motivos.
Según la Comisión de Defensa de los
Derechos Humanos para el Estado de Nayarit, “la discriminación es una forma de
violencia pasiva; convirtiéndose, a veces, este ataque en una agresión física”;
y, afirma que: “Los individuos que discriminan tienen una visión distorsionada
de la esencia del hombre y se atribuyen a sí mismos características o virtudes
que los ubican en un escalón más arriba que ciertos grupos”.
Históricamente, han sido motivos
políticos, raciales, religiosos; aunque, en la actualidad, existen mayores
elementos para crear discriminación y medios mucho más sutiles que los
empleados anteriormente; ya no tenemos campos de concentración, los exiliados políticos
son menos —a comparación con los que existían hace treinta, cuarenta o
cincuenta años—; la apertura a la diversidad (cultural, sexual, ideológica,
religiosa) verdaderamente se ha abierto paso a través de las mentalidades duras
y cerradas que continúan hasta nuestros días; sin embargo, estas cuestiones
continúan presentes en los grupos sociales, a través de mecanismos “inofensivos”,
que bien no merecen la pena regular y estudiar con detenimiento, pues parecieran
no representar una amenaza real.
Los mecanismos empelados actualmente
(además de los históricamente conocidos, empleados aún en determinados países
del mundo), para generar discriminación, están al alcance de todos, niños y
adultos. Y es precisamente en este nuevo mundo que evoluciona desde hace unos
años, el de las redes sociales, en donde encontramos la mayor cantidad de
ataques y agresiones y de violencia en contra de sujetos determinados.
No deberá sorprendernos —aunque sí
nos alarmarnos— el incremento en el número de suicidios a consecuencia del
acoso escolar y las agresiones psicológicas, principalmente, tratándose de
adolescentes, a través de las redes sociales.
No hablamos de un legítimo ejercicio
de la libertad de expresión. No tenemos un comentario aislado y singular, que
refleja la opinión de una persona (y que válidamente puede expresarlo por los
medios de su agrado), sino que vemos un ataque, una agresión, de una forma
sutil, pero peligrosa.
Quizás la influencia del HT, motivo
de la creación de este trabajo, no se considere trascendental o importante; sin
embargo, sí consideramos que fomenta la intolerancia y la agresión hacia un
grupo determinado.
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