Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

domingo, 24 de febrero de 2013

#DiscriminacióneIntoleranciaoLibertaddeExpresiónenlasRedesSociales II


La mención que circuló por una cuenta y otra, denota, innegablemente, un sentido discriminatorio tendiente a vejar y segregar a hombres y mujeres, con base en sus diferencias sexuales; intenta hacerse notar en un mundo donde la lucha por la verdadera igualdad aún se encuentra en marcha y en donde el campo cubierto resulta mínimo comparado con lo que falta de recorrer; y, en donde el caminar por estos senderos, resulta pesado, tortuoso y, en ocasiones, fatal.
¿Cuál es, entonces, la diferencia entre la discriminación y la libertad de expresión? La respuesta puede ser compleja; sin embargo, se puede ejemplificar fácilmente, y para hacerlo debemos preguntarnos ¿cuál es el objetivo —propio, si nosotros hacemos el planteamiento, o ajeno si lo leemos— de escribir tal o cual cosa?
El objetivo de nuestras ideas será lo que determine si tenemos conductas discriminatorias o si efectivamente ejercemos —responsablemente— nuestra libertad, y derecho humano, de expresión.
Comentarios intolerantes y discriminatorios tendrán siempre la característica de menoscabar la integridad de una persona o un grupo de personas; observamos siempre la presencia de comentarios negativos, generalmente tendientes a fomentar la violencia o la agresión.
Efectivamente, los efectos de estas posturas o comentarios pudieran carecer de trascendencia, sin embargo son actitudes que debemos evitar, pues ayer fue el pueblo judío, hoy (al parecer) son los homosexuales, ¿mañana?
Así, lo que hace que un simple comentario sea uno racista, sexista, homofóbico, intolerante, es precisamente que va concentrado a un grupo determinado; además, generalmente —en lugar de estar sustentado con datos objetivos, pues bien pudiéramos estar en contra de la adopción entre pares homosexuales y expresar esta negativa abiertamente, basados estos comentarios en datos reales— cargados de puras percepciones personales que se basan en sentimientos propios o en creencias arraigadas.
Sin embargo, pudiéramos afirmar que los comentarios —en un legítimo uso de la libertad de expresión— que se emiten, también tienen esas características, y estamos de acuerdo en ello; mas lo que denota un comentario agresivo, intolerante, de uno que simplemente pretende expresar una postura u opinión, es el elemento negativo subjetivo que se esconde detrás.
Por lo que, no consideramos que estas expresiones del sentir y pensar de una persona (o un grupo de personas) constituya un uso legítimo y responsable, sobre todo responsable, de la libertad de expresión; por lo que nos surge una interrogante, encaminada a las acciones que se deben tomar en cuanto a la comunicación en redes sociales.
En el año 2012, en Londres, en el desarrollo de los Juegos Olímpicos, se detuvo a una persona por agredir verbalmente por la red al clavadista Daley. ¿Será posible una acción por este tipo de actos?
De manera general, como una rápida referencia, diríamos que en atención a la redacción actual del artículo 197 del Código de Procedimientos Penales del Estado de Chihuahua, es un acto discriminatorio cualquiera “… que provoque o incite al odio o a la violencia;”, según la fracción I del artículo en cita, esto “…por razón de edad, sexo, estado civil, raza, procedencia étnica, idioma, religión, ideología, orientación sexual, color de piel, nacionalidad, origen o posición social, trabajo o profesión, posición económica, características físicas, discapacidad o estado de salud o cualquier otra que atente contra la dignidad humana”, siempre y cuando “… tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.
#SeFelizYMataAUnHomosexual y #NoALaAdopciónEntreHomosexuales, pudieran resultar conductas típicas del delito de discriminación — pues se deberá atender a los diversos elementos del delito, a efecto de determinar si las acciones constituyen un tipo penal o no
—, pues pretenden menoscabar la libertad y los derechos de las personas, aunque sus objetivos no lleguen a concretizarse, ya que la descripción no requiere un resultado material; es decir, no requiere efectivamente el resultado material, sino simplemente la intención exteriorizada, de lograr anular o menoscabar las potestades de los individuos.

X. VanGuard.

#DiscriminacióneIntoleranciaoLibertaddeExpresiónenlasRedesSociales I


A comienzos de la semana, a través de la red social Twitter, circularon varias frases —conocidas dentro de esa plataforma informática como hashtag (HT)— que hacían referencia a un tópico particular, denigrante, intolerante; que inmediatamente generó la reacción de partidarios y opositores.
Circuló por toda la red en cuestión de horas, como generalmente sucede en estos medios pues esa es su finalidad: la difusión rápida de eventos, noticias, opiniones y, en fin, cualquier tipo de información; fue un conocido HT que provocó comentarios tanto a favor como en contra, e incluso culminó con posicionarse como una tendencia (trending topic [TT] como se le conoce) dentro de las listas en la red social.
La aparición de este hashtag, y más que eso lo que verdaderamente se pretende dejar en claro, me llevó a preguntarme ¿cuál es la diferencia entre la discriminación y la intolerancia y la libertad de expresión que toda persona tiene?
¿Qué hace a un comentario, uno racista, homofóbico, sexista? ¿Cuándo hacemos comentarios discriminatorios? Y si nos adentramos aún más en el tema, me resulta necesario preguntarme ¿qué es la discriminación?
Para dar respuesta a estas interrogantes, comienzo por la última de ellas.
El comentario que ocasionó el disgusto (y, lamentablemente, el apoyo) de la comunidad ligada al Twitter, fue éste, de carácter homofóbico: #SeFelizYMataAUnHomosexual. Además de otros de índole similar como #NoALaAdopciónEntreHomosexuales, aunque indudablemente fue el primero el que ocasionó gran revuelo y disgusto entre los usuarios.
¿Qué es la discriminación?
La Real Academia de la Lengua define la discriminación como la acción y efecto de discriminar, y ésta, a su vez, la define como “dar un trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etcétera”.
La definición de la palabra, por parte de la RAE, francamente nos deja muy cortos en cuanto a lo que es la discriminación, o al menos no aclara a fondo una problemática concreta; sin embargo, sí nos da un panorama concreto y entendible: dar un trato de inferioridad a una persona por diversos motivos.
Según la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos para el Estado de Nayarit, “la discriminación es una forma de violencia pasiva; convirtiéndose, a veces, este ataque en una agresión física”; y, afirma que: “Los individuos que discriminan tienen una visión distorsionada de la esencia del hombre y se atribuyen a sí mismos características o virtudes que los ubican en un escalón más arriba que ciertos grupos”.
Históricamente, han sido motivos políticos, raciales, religiosos; aunque, en la actualidad, existen mayores elementos para crear discriminación y medios mucho más sutiles que los empleados anteriormente; ya no tenemos campos de concentración, los exiliados políticos son menos —a comparación con los que existían hace treinta, cuarenta o cincuenta años—; la apertura a la diversidad (cultural, sexual, ideológica, religiosa) verdaderamente se ha abierto paso a través de las mentalidades duras y cerradas que continúan hasta nuestros días; sin embargo, estas cuestiones continúan presentes en los grupos sociales, a través de mecanismos “inofensivos”, que bien no merecen la pena regular y estudiar con detenimiento, pues parecieran no representar una amenaza real.
Los mecanismos empelados actualmente (además de los históricamente conocidos, empleados aún en determinados países del mundo), para generar discriminación, están al alcance de todos, niños y adultos. Y es precisamente en este nuevo mundo que evoluciona desde hace unos años, el de las redes sociales, en donde encontramos la mayor cantidad de ataques y agresiones y de violencia en contra de sujetos determinados.
No deberá sorprendernos —aunque sí nos alarmarnos— el incremento en el número de suicidios a consecuencia del acoso escolar y las agresiones psicológicas, principalmente, tratándose de adolescentes, a través de las redes sociales.
No hablamos de un legítimo ejercicio de la libertad de expresión. No tenemos un comentario aislado y singular, que refleja la opinión de una persona (y que válidamente puede expresarlo por los medios de su agrado), sino que vemos un ataque, una agresión, de una forma sutil, pero peligrosa.
Quizás la influencia del HT, motivo de la creación de este trabajo, no se considere trascendental o importante; sin embargo, sí consideramos que fomenta la intolerancia y la agresión hacia un grupo determinado.

domingo, 17 de febrero de 2013

La belleza de la vida la encuentras en la misma vida

sábado, 16 de febrero de 2013

Bueno...

Esto sí es descansar...


La belleza de la vida la encuentras en la misma vida

Escribir II


Efectivamente, escribir es comunicar; sin embargo, no simplemente se atiende a esta noble y ancestral tarea. Debemos tomar en cuenta que, para comunicar, para transmitir un mensaje, cualquier medio resulta adecuado; sin embargo, se corre el riesgo de enviar un contenido equivocado, o poco conciso.
P mndr 1 mnsje xisten varios 1/2s, http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/4/4f/Division_Sign.svg/220px-Division_Sign.svg.png signos de # y palabras, X ejem.
El mensaje se entiende, podemos leerlo y comprendemos su significado; mas no significa que, porque comprendamos el contenido de la comunicación, sea la forma ni siquiera correcta, adecuada, para hacerlo.
El lenguaje matemático admite la mezcla de letras y números, por lo que es necesario evitarlo si no estamos dentro de esa forma de comunicación.
Pero me parece que me he desviado del tema inicial.
Comencé con una reflexión, al respecto de saber ¿qué significa escribir? ¿Cuál es el significado, no etimológico, de la función humana de la escritura?
Para mí la escritura es un medio de liberación. No diría que principalmente lo utilizo como una forma de comunicación, pues no estoy seguro que —al escribir aleatoriamente— alguien efectivamente lea lo que escribo y comprenda el mensaje que deseo enviar, aunque probablemente así sea. Sino que en primer lugar escribo para liberar mis pensamientos, mis sentimientos, frustraciones y anhelos; lo hago para ¡gritar! —Mediante signos de admiración— y ¿reflexionar? —Con signos de interrogación—.
Para mí, escribir representa una verdadera liberación del espíritu y, naturalmente, atiende al tipo de escritura que realice en ese momento determinado.
No diría, propiamente, que escribir la tesis de grado libera mi espíritu y aligera mi carga emocional (al menos no completamente pues en ella puedo criticar al sistema, proponer soluciones y ofrecer la perspectiva de un panorama que para algunos puede pasar desapercibido); sin embargo, escribir por el gusto y el placer de hacerlo sí representa una tranquilidad de mente  que no alcanzo con otras actividades.
Escribir para muchos es una tortura —aclarar sus ideas, ordenarlas y plasmarlas—, para mí es llegar a un lugar de reflexión, en donde mis opiniones (excesivamente pobres o dulcemente enriquecidas) marcan una diferencia dentro de mi propio universo; en donde mis pensamientos tienen la fuerza de mi determinación.
Escribir es más que simplemente transmitir un mensaje, es mucho más que entablar una conversación —pues a este respecto me parece que una conversación se disfruta más con la compañía de la otra persona y con una buena taza de café—; es llegar a un mundo de realidades y fantasías, abrir la puerta de las opiniones y percepciones, no importa que éstas sean subjetivas o aquellas irracionales, pues existen realidades que no admiten el encasillamiento de bueno o malo. Escribir es el camino a un mundo de opciones y elecciones, de entendimiento e ignorancia, pero donde siempre existe la realidad que se quiere aprender, aunque no siempre quisiéramos aprehender.

Con la escritura soñamos, reflexionamos, dudamos, indagamos.

Escribir I


¿De qué se trata el escribir?
Me he dado cuenta que suelo comenzar mis escritos, meditaciones y cavilaciones, con preguntas retóricas. De alguna manera me parece una forma sencilla de enfocarme en un tema y simplemente comenzar a darle respuesta, todas las que sean posibles.
Así que, en esta ocasión, escribo a cerca de escribir.
¿Qué significa escribir? ¿Qué representa tomar la pluma y una hoja, o pulsar las teclas de la máquina?
Definitivamente debo afirmar que depende totalmente de cada persona; entonces, no me atrevo afirmar que escribir sea la actividad más importante para todos —nunca me ha gustado emitir juicios contundentes, definitivos; cuando hablamos de los gustos de las personas, o de sus actividades, jamás es algo definitivo—, no puedo decir que escribir sea la función intrínseca del ser humano, no puedo decir eso.
Escribir, para muchos es una carga, una obligación y una función que les es encomendada, por cualquier cuestión, y que simplemente no están seguros de poder cumplir, por lo tanto fallan.
A lo largo de la convivencia en la vida de una persona, principalmente en situaciones educativas y posteriormente laborales, la redacción denota la formación del individuo y su facilidad, o dificultad, de desarrollarse mediante la palabra escrita. Lo vemos claramente en los salones de clases, cuando les pedimos a los alumnos que realicen un ensayo —quizás el género literario más sencillo, a mi parecer— sobre un tema en específico, cuando se necesita evaluar el aprendizaje al respecto de éste; o, mejor aún, sobre cualquier otro tópico, cuando lo que se requiere es evaluar el desenvolvimiento en la redacción, los rostros de los ordenados demuestran todo tipo de sentimientos: pereza, principalmente; frustración, por no “saber escribir”; desinterés, probablemente por diversas actividades más llamativas.
Son pocos quienes dejan ver un semblante de satisfacción y emoción. Incluso a niveles profesionales, dentro de cursos de posgrado, los alumnos aún se resisten a abrir su mente y vaciar todo ese torrente de ideas que tienen encerrado bajo candados irrompibles, y emitir un juicio al respecto de un tema específico.
Entonces, ¿qué significa escribir? ¿Por qué no podemos liberarnos y hablar a través de nuestras palabras?
El lenguaje hablado ha sido la forma natural por excelencia de comunicar nuestros sentimientos, externar nuestras necesidades y comunicar los pensamientos;  ha existido desde el inicio de los tiempos y ha evolucionado —me atrevería incluso a afirmar que ha marcado la evolución del ser humano— a través de milenios y milenios de desarrollo social.
Junto a la lengua, la palabra escrita ha figurado en todos los tiempos, en todas las culturas de la humanidad. Primero a través de dibujos con significados intrínsecos, que representan ideas; después, a través de caracteres precisos que deben ser combinados y agrupados para que cumplan la función de la comunicación.
Quizás es aquí donde, involuntariamente, nos extraviamos en el camino del desarrollo lingüístico —no pretendo, aclaro, hacer pasar lo que simplemente son opiniones personales como si fueran teorías o posturas estudiadas dentro del campo de la lengua—, creemos que escribir es comunicar.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Amantes, II


Era ampliamente conocido que, en los estados monárquicos, los reyes, emperadores y demás hombres de poder, mantenían varias amantes aunque probablemente no lograban la misma posición que la reina o emperatriz, pareja legítima y única del monarca; como no sucede, por ejemplo, en un harem, en donde todas deben recibir la misma atención, cuidados y cariño por parte del hombre.
Pero, entonces ¿qué significa amante? ¿Quiénes son amantes?
Claro es que no podemos descartar los significados que socialmente se les atribuye a las palabras —montones y montones de ejemplos existen en grupos sociales—, aunque no siempre resultan los más adecuados o propiamente correctos. En particular, la palabra amante hace referencia a quienes se aman y personalmente prefiero quedarme con esa acepción; y fue precisamente lo que contesté aquella noche: para mí, es quien se ama, quien ama a alguien más. Para mí, tú eres mi amante y yo el tuyo.
Hablamos de quienes se entregan sentimentalmente a otra persona, quienes tienen a su alcance los sentimientos y emociones que una convivencia en pareja les brinda.
Los amantes van al cine, cenan juntos, ríen, lloran. Crecen juntos y se conocen el uno al otro; aceptan las cargas de una convivencia humana tan estrecha, como lo es la relación sentimental de pareja. Pero, también, aceptan a la persona que tienen a su lado, aceptan aquella imagen y juntos generan una nueva, en donde ambos tengan cabida y opinión.
Al menos, supongo, es lo que debería suceder; pues una relación de amantes, no es aquella donde uno se impone sobre el otro.
Dejamos atrás los años en que el hombre mantenía a la mujer y ésta era reducida a compañía en la cama; dejamos de lado la creencia de la fuerza y la determinación—aunque más bien imposición— masculina era la que siempre sería tomada en cuenta.
Por lo que, amante y amado resultan tener igualdad de condiciones y de oportunidades, es una responsabilidad compartida, una obligación por hacer que esa relación funcione. No nos referimos a los erōmenos y erastēs griegos, pues en esas relaciones uno siempre es el amado y el otro siempre es el amante (adolescente y hombre mayor); en estas relaciones ambos son amados y ambos son amantes, ambos se deben lo que se exige del otro.
Más allá de las comunes acepciones de la palabra, los amantes no son quienes mantienen una relación infiel, sino aquellos que aman y son amados.

Amantes, I


Hace tiempo tuve la idea de escribir sobre este tema, sobre esta palabra: amante.
Hace poco, Héctor me preguntó directamente: ¿Para ti qué es un amante?
La palabra ya había hecho una leve aparición en mi mente; aunque, no solamente la palabra, sino los —múltiples y variados— contextos en los que es usada.
Más allá de intentar definir amante, me gustaría abordar el tema desde una perspectiva más personal, íntima, e incluso despectiva; más allá de entrar directamente al diccionario de la Real Academia Española, y casarme con esa definición, me gustaría hablar de quiénes son amantes, qué hacen los amantes y si son aquellas personas a quienes despectivamente nos referimos en el momento en que mantienen una relación de engaño y mentiras.
Aquella noche le dije a Héctor que, para mí, un amante o los amantes, eran quienes amaban. Así de sencillo, así de simple.
Pero no podemos dejar una explicación tan parca y austera, mucho menos si se trata de una palabra tan amplia y profunda. Sin embargo, no falta razón en esa aproximación a la anatomía de la palabra, pues efectivamente —según la propia Academia— hace referencia a “quien ama”.
Pero también al “hombre y mujer que se aman” —no entraré en la connotación estrictamente heterosexual de la definición, pues no es el punto de este escrito—; sin embargo, y es precisamente lo que llama mi atención. Existe una definición, que da la RAE, que se refiere a un nombre común, en cuanto al género, que es otra palabreja por demás de usada en la lengua hispana: querido (a).
Naturalmente, esta última se refiere al “hombre o la mujer que tienen relaciones amorosas ilícitas”; resulta claro, pues, mantener una relación inmoral, no aceptada, rechazada, señalada. Infiel.
Dentro de esta perspectiva, el amante o la amante será aquella persona quien, dentro de una relación sentimental, mantiene otra relación (sexual, sentimental o de cualquier índole) con una persona, para convertirla (a ésta última) en su amante, dicho coloquialmente.
El término es empleado de manera despectiva por aquellos ajenos a esta segunda relación, aunque en ocasiones por los propios intervinientes. Dicho sea, en otras palabras, cuando un hombre o una mujer —o ambos— mantienen una relación con alguien más, pero además otra diversa (una segunda relación) a los ojos de quienes los rodean serán amantes; quizás el hombre sea quien esté con dos mujeres a la vez, o viceversa, entonces alguna de ellas, o alguno de ellos, será el amante de quien es infiel.
Naturalmente que, para configurar estos términos, nos referimos a relaciones monógamas.
En este contexto, está presente una denotación despectiva, denigrante, humillante; sin embargo, la palabra tiene también —dentro de otros contextos— diversas proyecciones, distintas a la del insulto comúnmente usado.
En la literatura, por ejemplo, el término es ampliamente usado para referirse a aquellos que se aman, simple y llanamente, sin inmiscuir esas “relaciones ilícitas” o inmorales. Los amantes pueden ser el héroe de la historia y la persona que está siempre en su corazón y en su mente, por quien está dispuesto a lo que sea y es capaz de hacer cuanto esté a su alcance para estar al lado de quien ama; puede ser la mujer que vive y muere enamorada de alguien más, incluso y a pesar de las adversidades que se presentan en la vida de todos. Pues la particularidad de la palabra es tal, que precisamente permite extender su significado y cobijar a todos quienes intervienen en la historia, bajo su resguardo.
Según pude leer al respecto, la palabra amante tiene sus orígenes para referirse a las mujeres que eran mantenidas por los hombres con el propósito de que aquellas les brindaran a éstos placeres meramente sexuales (sin embargo, existen diferencias entre las amantes y las cortesanas).

sábado, 9 de febrero de 2013

Fotos.

Algunas imágenes que he encontrado en el mundo cibernetico.

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Abre los ojos...


La belleza de la vida la encuentras en la misma vida

miércoles, 6 de febrero de 2013

Nueva entrada

Hagamos la entrada 560...


La eterna delicia del tiempo.

lunes, 4 de febrero de 2013

Es en serio?

Claro, porque todos vamos así al gimnasio.

La belleza de la vida la encuentras en la misma vida

domingo, 3 de febrero de 2013

Encerrar

Encerremos de una buena vez todos los demonios que persiguen la fantasía e ilusión de tu compañía; lo que, irracionalmente, pretende frenar nuestra felicidad y truncar nuestro camino.

Dejemos enjaulado el enojo, la ira y la venganza.

Camina a mi lado y encerremos, de una buena vez, todos los demonios que nos persiguen.

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La belleza de la vida la encuentras en la misma vida

...

Define el destino, define la felicidad.

¿Decir qué es el amor?

Define la emoción que sientes al sujetar su mano, al perderse en sus ojos, al saborear sus labioso.

Define la ilusión, la magia y el anhelo.

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La belleza de la vida la encuentras en la misma vida