A pesar de que es lunes, supongo que el día que no me gusta de la semana, resultó ser bastante productivo.
Con mi ajuste de horario en el Tribunal (de 11:00 a 17:00 horas), creí que no tendría tiempo para muchas cosas, especialmente con eso de que aquí a las 6 de la tarde ya es de noche. Así que me levanté un poco tarde, a las 9 de la mañana, desayuné, me bañé, me cambié, bla, bla, bla... Y sali hacia el trabajo.
Pensé que me tendrían todo el día en archivo o con las carpetas administrativas, sin embargo me enviaron a sala a tres audiencias que había programadas y con falta de personal.
Por esto, el día se me pasó super rápido y solo estuve dos horas con trabajo administrativo.
Salí de la oficina y llegué a casa, a comer a las 5:30 de la tarde por aquello de las maravillosas obras públicas que están en proceso en el centro de la ciudad. Después de descansar unos cuantos minutos, me alisté para ir al gimnasio y hacer un poco (una hora) de ejercicio.
Después de eso, regresé a casa, me cambié y fui a continuar con la novela.
En cuanto esto último, quisiera decir que me motivó bastante el sentarme, tomar café, escuchar música y escribir. De pronto recuerdo por qué es mi pasión.
Aunque avancé como trescuartillas, aproximadamente, fue bastante satisfactorio y ayudó a terminar un día igual de productivo.
Estoy ya en casa, acabo de cenar y ver ciertos reportajes de noticieros que de verdad me pusieron a pensar, a cerca de los disturbios en el Distrito Federal... Lucha por derechos, revuelta por buscar la justicia... Es increíble la manera tan equivocada y torcida manejan estos conceptos... Y tan a la ligera, pero eso será tema de otra publicación.
Por lo pronto, a leer The Woman in Black, de Susan Hill.
Saludos a todos y felices fiestas.
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La belleza de la vida la encuentras en la misma vida
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