Después de una semana sumamente pesada, dada la guardia que tuve, tengo oportunidad de despertarme tarde, comer en casa y disfrutar de ver películas en la televisión tal y como me levanté.
Fue una semana agitada, con audiencias que debía atender y otros tantos asuntos que simplemente dejé de lado.
El saber que tengo la novela pendiente, libros que no he leído y muchas otras cosas que no puedo atender dada mi carga de trabajo, de pronto me resulta demasiado frustrante. No pudo avanzar con los capítulos de la novela y en cuanto a la lectura, cada día avanzo solamente una o dos cuartillas --a pesar de que cargo con el libro para todos lados "por si tengo tiempo de leer"--. Para cuando llego a la casa, ya en la noche, el cansancio me agobia y casi de inmediato caigo rendido ante los brazos de Morfeo.
Y es que es inevitable, pues traigo cansancio acumulado --además del problema de hipotiroidismo que tengo, que en ocasiones parece que traigo un anillo de kriptonita o algo por el estilo, y me genera un cansancio "inexplicable" (al menos para mí) y sobre todo insoportable--.
No tuve oportunidad de correr ni hacer ejercicio en toda la semana (salvo las carreras que hice en los pasillos del juzgado), no abrí la computadora mas que para escuchar música en los escasos veinte minutos en que me cambiaba cada mañana.
De hecho, hace ya un año que estoy en el juzgado y la verdad es que ya me cansé de estar en la tarde, aunque reconozco que tiene ciertas ventajas; pero la realidad es que en esta semana de guardia más bien batallo para acostumbrarme al horario.
Pues bien, es domingo 16 de septiembre, celebramos el 202 aniversario de la Independencia de México y me pongo al día con la novela, con una rica taza de café y música en mis oídos.
Saludos a todos y que disfruten este día.
A.A.R.
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