: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas. «Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :
No esperes el momento adecuado, pues no existe tal.
Existe solamente EL momento en que haces las cosas, pero no el momento adecuado para hacerlo...
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A. A. R. G.
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