Para el primer aniversario de este espacio, una nueva historia de fantasía, de amor y dudas, llegará a los ojos de los lectores.
Yagtiah nos mostrará ahora, a través de los confundidos ojos de aquel lobo que viene de tierras heladas y que llega a una manada que está dispuesta a abrirle las puertas de su corazón; de lo que es capaz una persona de hacer, cuando lo más valioso es puesto en peligro.
Sólo que el pequeño cachorro busca algo más que un lugar en donde correr y transformarse libremente, busca a alguien a quien amar.
¿Podrías, incluso, amar a alguien hasta morir?
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Caminé grandes distancias acompañado solamente por el eco de mis pasos y aquella maldita oscuridad que parecía no tener fin.
Había lugares en los que la luz de la luna era mi única compañía, y en esos momentos era cuando me invadía un abrumador sentimiento de soledad. Todo por desear estar con la persona que amo, tenerlo a mi lado todas las noches, pero viéndome obligado a callar para no traicionar la confianza que aquellos dos chicos pusieron en mí.
No puedo, es terrible pensar siquiera en eso. Aunque me gusta este juego, debo admitir, es divertido a fin de cuentas pensar en las caricias y en los besos que jamás tendré, pero que en dentro de mi mente me hacen sentir el más fino placer.
Precisamente por esa razón no podía transformarme.
Maldita sea, pensé aquella noche mientras me recargaba en una de las altas bardas de piedra de la vieja iglesia. No podía estar en contacto con mi lobo, ni distraerme con el animal, porque terminarían descubriendo mis terribles y oscuros secretos.
Mis dos protectores. Mi Alfa y su Guardián, ambos quedarían devastados si llegaran a saber la terrible verdad, y yo… terminaría completamente solo.
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