Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

jueves, 31 de enero de 2013

Frustrado.

El día de hoy desperté con un sentimiento de frustación sumamente abrumador.
Al principio no sabía a qué se debía, pero conformé di vueltas en mi cabeza, me percaté que se debe a todos las cosas que tengo pendientes.

Supongo que siempre ha sido una manía --o costumbre-- mía el llenarme de actividades. Nunca me ha gustado el dejar pasar el tiempo, solo porque sí; sin embargo, ahora dejo pasar el tiempo porque "no tengo tiempo".
Debo reconocer, primero, que no es cuestión de no tener tiempo, sino más bien de no dárme el que necesito para realizar todas mis actividades.
Aún más, me resulta necesario no solamente tener tiempo sino saber administrarlo adecuadamente (si alguien tiene consejos al respecto, adelante); crei que con la agenda me resultaría suficiente, como si por el solo hecho de anotar los pendientes en cada renglón con sus correspondientes horas del día, sea suficiente para que se realicen con precisión mecánica.

Mi "to do list" --si de algo me sirve-- no es muy extensa, en cuanto a cantidad de pendientes, pero sí en cuanto a la complejidad de estos.
Así, por ejemplo, tengo pendiente la investigación de mi tesis; debo leer libros y libros y más libros de derechos humanos, teoría y filosofía de los derechos humanos y al respecto de las cortes de derechos humanos.
Estoy en el primer capítulo de la tesis y aún no comienzo con la redacción del documento. Esto, naturalmente me ocasiona de pronto sentimientos de desesperación y frustración.
Entiendo, naturalmente, que son sentimientos autoinlingidos, pues nadie me obligó a comenzar con estas actividades; sin embargo, no puedo evitar que me entren los demonios locos y desesperados a mi mente.

Tengo también pendiente comenzar de nuevo la novela.
Hace unos días decidí dejar el trabajo literario de lado para "refrescar" las ideas. Pero ¡Oh maldita fortuna! Las ideas se han refrescado y los personajes me gritan en la mente, se amontonan y amotinan para salir de la prisión en la que los tengo tan injustamente recluídos.
Comenzaré de cero con la historia de Daniel, con un giro de 180 grados.

Pues bien, tengo otras cosas que hacer... Y mientras encontraré la manera de agregarle cinco horas más al día, o de cómo hacerle para que rindan las ya existentes, pues es obvio que necesito dormir al menos siete horas... ¿No?

Saludos, frustrado X. VanGuard.

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La belleza de la vida la encuentras en la misma vida

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