No necesito tres deseos de algun genio, pues solamente anhelo tenerte a mi lado.
La noche fue cruel, tocó mi piel con caricias heladas y asperas. Lastimó mi espalda y dejó moretones en mis brazos.
No sabe tomar mi cuerpo como tu, no sabe tomar mis piernas delicadamente.
Sin embargo aguanté, resistí los dolores de tomar como amante a la tormenta nocturna, con sus lágrimas que mojaban todo mi cuerpo y sus rayos que querían reclamar aquello que te pertenece.
Lo aguanté, lo afronté pues no estabas a mi lado.
Fui el amante de la noche, con frío y miedo, pero sé que algun día estarás a mi lado, y alejarás esas caricias traicioneras, y sé que curarás las heridas de mi cuerpo. Con tu calor, con tu luz, con tu amor.
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La belleza de la vida la encuentras en la misma vida
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