: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :
Otro de los placeres de la vida, sin duda, es disfrutar de las cosas simples; una agradable caminata y sostener la mano el uno del otro es indescriptible.
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La belleza de la vida la encuentras en la misma vida
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