Aún recuerdo cuando tuve por primera vez el libro A Density of Souls, de Christopher Rice, en mis manos.
Era verano y estaba en San Diego, California. Había pasado dos semanas de vacaciones con mis tíos y mis papás; y, justamente la noche previa a emprender el viaje de regreso, insistí en ir a Barnes & Noble --cadena de librerías de Estados Unidos-- pues tenía el buen hábito de comprar libros en cada viaje que hacía.
Así que llegamos al centro comercial donde estaba la librería y me perdí entre sus estantes y repisas.
Lei títulos, autores; vi las portadas de montones de ejemplares. Me sentía como La Bella, en La Bella y la Bestia, cuando entra a la librería del castillo, pero sin el vestido ridículo.
En fin, en el pasillo donde encontré el prestigiado apellido Rice, encontré las obras no solo de la reina de la novela gótica, sino las de su hijo también.
Al principio no tenía idea de que fuera de temática homosexual, pero leí parte de la reseña y me dio buena espina. Mucho más agradable fue la sorpresa que tuve cuando me percaté de la trama de la novela.
Afortunadamente compré el libro aquella noche, pues fue cuando me enamoré del trabajo de Chris Rice e inmediatamente se convirtió en uno de mis autores favoritos (si no es que en EL autor). Además de que el camino desde California se hizo mucho más ameno, pues prácticamente deboré el libro.
A Density of Souls, uno de mis libros favoritos, altamente recomendable.
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La belleza de la vida la encuentras en la misma vida
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