Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

lunes, 26 de noviembre de 2012

Reseña de vida


Supongo que todos tenemos alguna historia que contar…
Si no es así, al menos todos podemos contar nuestra propia historia.

En esta ocasión no escribiré a cerca de una novela o historia que esté en proceso de creación (junto con su reglamentaria carga de estrés), no escribiré a cerca de alguna festividad o efeméride nacional (acabamos de pasar el 20 de noviembre); en esta ocasión, desde el fondo de mi corazón, relataré la historia de este pobre y ridículo escritor —soñador y fanático de la fantasía y de los “vivieron felices para siempre”, amante de la tragedia y el drama en las películas y los libros— y del amor de su vida, HZ —pintor de ilusiones y dibujante de pasiones, maestro del pincel y el lápiz para plasmar magia y deseo—.

Xander y HZ se conocieron cuando estudiaban juntos la primaria, hace ya alrededor de dieciocho años.
Estuvieron en una pequeña escuela ubicada en la ciudad natal de ambos; en aquellos días eran dos pequeños juguetones, dos niños que no tenían idea de lo que significaba la vida, el destino, el amor (y que quizás, tanto tiempo después, los dos “adultos” tampoco sepan en realidad el significado de todas estas cuestiones).
Eran dos alegres niños que dedicaban sus días a jugar, ir a la escuela, seguir con el juego, regresar a sus casas, hacer tareas y, claro, seguir jugando. El tiempo pasó y aquellos niños, amigos desde la infancia, creyeron conquistar una parte importante de su vida al momento en que dejan la primaria y entran a la escuela secundaria.
WOW! No puede ser.
Ya no eran niños, ya no festejarían el treinta de abril sino que ahora irían a las tardeadas del día del estudiante. Eran dos pequeños hombrecitos que estaban a punto de entrar a la adolescencia de la vida. Quedaron, pues, maravillados con aquellos cambios que se presentaban a todo su alrededor.
Sus caminos se separaron y cada uno siguió adelante para recibir, resistir y superar esa nueva etapa que se avecinaba en sus vidas y en sus corazones. Continuaron adelante, cada uno por su propio camino, hasta que tres años pasaron y alcanzaron un nuevo escalón.
Ya eran adolescentes, a punto de convertirse en adultos, por lo que no eran igual que los muchachos de secundaria y claro que no eran como los niños de la primaria. A éstos ya los tenían que cuidar, incluso HZ permaneció al lado de su pequeña hermana.
Los caminos de estos dos jóvenes se encontraron de nuevo en la preparatoria, aunque distantes ya se habían juntado nuevamente para continuar —sin que ninguno de los dos lo supiera— al lado uno del otro hasta el fin de los tiempos.
Tres años llegaron y se fueron, cada uno inmerso en sus intereses y actividades; cada uno, HZ y Xander, sumamente diferentes. La preparatoria terminó y llegó la universidad.
Quizás la mejor etapa de la vida de una persona, pero debemos esperar doce años para poderla alcanzar… no es un camino fácil.
De nuevo, los dos enamorados, retomaron sus caminos y ahora sí se juntaron para recorrerlos al mismo tiempo.
Vivieron problemas, felicidades, desgracias, llantos, alegrías, risas, ilusiones, desilusiones, amoríos, desamores, tantas y tantas cosas que justamente es eso, toda esa experiencia, lo que los mantiene unidos, como dos gotas de agua que se quedan en el fondo de un vaso.
De pronto, como si fuera lo más natural del mundo, entrelazaron sus vidas en la madrugada del dos de diciembre de dos mil seis. Formalizaron su viaje, se reconocieron mutuamente como compañeros del otro y, con las manos entrelazadas, comenzaron a caminar a través de un camino que no era amarillo, ni rojo, ni azul ni verde, sino que era uno creado por ellos mismos, de colores cambiantes y de tonalidades diferentes.
No es un camino liso y estable, es un sendero caprichoso que de pronto se empeña en hacerles la subida más difícil. No es una vereda en medio de un enorme campo, es un camino escabroso que atraviesa montañas y bosques, oscuros y fríos.
Pero conforme ambos se enfrentan a las adversidades, descubren que su determinación se hace más fuerte; conforme los problemas se presentan, simplemente toman aire, aprietan sus manos, para sostener a la otra, y caminan adelante. Dan el siguiente paso, poco a poco, avanzan en búsqueda de un ideal que siempre está grabado en sus mentes y en sus corazones: llegar hasta la siguiente parada del camino para poder disfrutarlo juntos, como amantes, amigos.

Seis años se cumplen desde aquella madrugada fría.
Seis años a tu lado y junto a ti. Gracias por el maravilloso y mágico viaje, gracias por tu compañía, gracias por tus palabras, por tus abrazos, por tus apretones de hombros, por tus palmadas en la espalda. Gracias por tu presencia, por tus bachones, por tus cosquillas, por tus besos. Gracias, mil veces gracias, por tus anhelos, por tus sueños, tus lágrimas, por tu sonrisa.
Gracias por tu corazón, por tus pensamientos, por tus ideas, tus caricias, por las noches, por los días, por el frío y el calor que compartimos.
Gracias.
Gracias.
Gracias por amarme, por permitirme amarte. Gracias por tu cuerpo, por tus manos, por tus piernas. Gracias por tu esencia… gracias por tu presencia.

Seis años pasan de aquella madrugada, pero aún la recuerdo como si hubiera sido la semana pasada… Eres mi luz, mi guía, mi inspiración, mi alegría. Eres parte de mi ser, de mi alma.

Estamos en semana de aniversario, y lo que puedo decirte en este momento es que TE AMO.

AARG.

La magia de estar a tu lado...

... donde los sueños se vuelven realidad.

2 comentarios:

Thadeus dijo...

Me encanta la manera en que escribes las cosas. Una reseña que resalta los principales detalles que nos unen a fin de cuentas. Una emoción tremenda me invadió cuando leía el post y (como has de saber) no pude evitar sonreír. Estoy tan agradecido de formar parte de algo tan importante contigo, de estar a tu lado y caminar juntos como desde hace seis años.
¿Qué más te puedo decir que no lo sepas ya?
Eres un encanto peque. Aun fascinado con este post. Te amo.

Xander VanGuard dijo...

También te amo, eres mi luz, mi norte... y me encanta verte sonreír... me encantas.