Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

martes, 21 de diciembre de 2010

De regreso

Estamos de regreso.

Ciertamente no había tenido oportunidad de escribir mucho en el blogg, como lo pudieron notar. Pues lo que sucedió fue que me encontraba en cierre de año en el trabajo y pues había mucho que hacer, por otro lado un buen día (a inicios de diciembre) me levanté desesperado por no poder terminar mi trabajo de titulación y seguir con ese trámite. Así que muy decididamente tomé el teléfono, me comuniqué con mi director y le pedí su aprobación.

Una vez que tuve su voto en mi mano fui a solicitar fecha de examen profesional y pedí la más cercana posible. DOS SEMANAS, dos semanas me dieron para preparar todo lo que tenía que hacer. Terminar de editar todo el trabajo, resolver mi examen teórico-práctico y demás trámites que nuestra máxima casa de estudios nos pide.

Avanzaron los días y la fecha cada vez estaba más cerca. El miedo no crecía como supuse que lo haría, puesto que no lo permití. Me ocupé tanto esos días que realmente no dejé que llegara (como me han dicho sucede cuando tomas y tomas y tomas…. Y tomas, y no dejas que te llegue la cruda). Terminé las correcciones, dos días antes del examen y me faltaban las encuadernaciones.

IMPRENTA Y ENCUADERNACIONES en el directorio y ¡a madre! TRABAJO URGENTE EN 24 HORAS. De aquí soy, me dije a mí mismo y me arranqué a dejar el trabajo. Unos cuantos días antes, uno de mis sinodales avisó que no podría asistir, así que me dirigí con el suplente.

“Tengo bastante tiempo” ―me dije en un débil intento de calmar mi ansiedad.

Al fin, el día prometido llegó. El juicio final. Esa mañana fui por mis trabajos terminados (después de una intranquila noche de “sueño”) con el presentimiento de que no estarían listos. Afortunadamente no fue así. De pronto, mi teléfono sonó y otro de mis sinodales me informó que no podría asistir por cuestiones de salud. Demonios, pensé, pero luego entendí que son cuestiones que simplemente pasan… sin ninguna razón y sin ningún culpable.

Nos dedicamos a localizar al suplente, pero no pudimos confirmarlo hasta las tres y media de la tarde. Tres horas y media antes de mi examen.

El momento llegó y fue cuando los nervios me atacaron completamente… al principio me hicieron garras y después, como un par de buitres que se alejan de un cadáver al que no le queda mucha carne, se alejaron de mi dejándome respirar tranquilo y contestar las preguntas con una mente más fría y serena.

Mi corazón se detuvo cuando escuché: APROBADO POR UNANIMIDAD, CON MENCIÓN ESPECIAL.

No puedo describir la emoción que sentí cuando escuché aquellas palabras. Mis ojos quisieron cerrarse y vaciar todas las lágrimas que había cumulado a lo largo de algunas semanas, mis piernas se quisieron doblar y mi voz amenazó con quebrarse justo cuando comencé a rendir protesta. Afortunadamente me mantuve, me tragué la enorme bola de emoción y felicidad que tenía atorada en mi garganta y que quería transformarse en lágrimas. Al menos esa lucha la había terminado ¡y de qué manera!

Por lo que sucedió después, el obligatorio festejo… la semi-cruda al día siguiente, y el fin de labores en mi trabajo. Viaje a Estados Unidos, por aquello de las compras pre-navideñas, y el merecido día de descanso que fue ayer.

Así que pues, en resumidas cuentas, mi aventura decembrina-titulación-navideña al parecer se tranquilizó un poco y ya puedo dormir y respirar con más calma. Algunos proyectos están por terminarse (literarios) y otros por comenzar. La historia de Yaghtiah es mi Winter-proyect y obviamente ¡NAVIDAD SE ACERCA!

Me da gusto estar de vuelta por estos espacios cibernéticos y a ponerme al corriente con todas sus publicaciones, por lo pronto ya leí (falta comentar) la lista de Santa de mi amado Thad… y pues que en sus propias palabras:

¡HABEMUS LICENCIADO!

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