Has pensado....

: : : ―Deberías ver los ojos de Axel ―contesté dándole la espalda mientras caminaba hacia la ventana que (no fue ninguna sorpresa) estaba cubierta por tablas.
«Incluso tú llorarías al ver esos ojos.» : : :

domingo, 1 de julio de 2012

¿De qué estamos orgullosos?

Lo prometido es deuda, dejo el escrito que realicé en conmemoración al 28 de junio (día internacional del orgullo). Espero sus comentarios.

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¿De qué estamos orgullosos?
El mes de junio es icónico en la celebración de los festejos del orgullo dentro de la comunidad LGBTI. Esta realidad atiende —primariamente— a cuestiones históricas; en concreto se debe a los disturbios que se generaron en la ciudad de Nueva York, para finales de la década de los sesenta.
El local Stonewall, ubicado en la calle Christopher número cincuenta y tres, era un restaurante controlado por la mafia y que se caracterizó por aceptar clientela perteneciente al tipo “indeseables”, después de haber servido a personas “normales” —heterosexuales—. Para aquella época: homosexuales, trasvestis, prostitutos masculinos y demás personas que eran consideradas del bajo mundo o "underworld" y que solo salían abiertamente de noche.
Las décadas de los años sesenta y setenta, en muchos lugares del mundo, se caracterizaron por luchas y movimientos sociales (manifestaciones en contra de la guerra en Estados Unidos, en contra del gobierno y su política autoritaria en México, en contra del abuso del poder en América Latina) que se presentaban con regularidad en las ciudades más pobladas. Principalmente movimientos ciudadanos, de sindicatos de trabajadores, maestros, alumnos, petroleros, mineros, etcétera; que buscaban una igualdad de condiciones y de derechos sociales.
Reclamaban el abuso del poder por parte del gobierno y luchaban por una sociedad más justa y equitativa. Esta parte de la historia representó un parte-aguas que hasta la fecha continúa con secuelas importantes dentro del grupo social.
Entonces se alzaban gritos de reclamo y la exigencia de una conciencia que uniera el pensamiento de la colectividad, basados en los mandamientos de la razón y la estabilidad emocional de las personas; basada, incluso, en un individualismo que ayuda paulatinamente al establecimiento de una realidad pacífica.
Para la noche del 28 de junio de 1969 surgió un nuevo movimiento social cuyas consecuencias trascienden, aún, con el paso de los años.
Actualmente recordamos estos acontecimientos de igual forma que lo hacemos con cualquier fecha importante y trascendental dentro de las historias de evolución social.
¿Qué sucedió aquella noche del 28 de junio de 1969? El deseo de igualdad se manifestó repentinamente, pues no podía permanecer oculto por más tiempo. Despertó el anhelo de una mejor calidad de vida, en donde los derechos humanos fueran verdaderamente respetados, en donde las libertades de expresión y de "representación personal" fueran respetadas y honradas por las autoridades estatales.
Sin embargo, a pesar de que los disturbios en Nueva York son considerados los primeros movimientos en pro de los derechos de quienes integramos la comunidad LGBTI, otros movimientos tendientes a despenalizar la homosexualidad habían surgido casi un siglo antes en Europa, principalmente en Alemania.
Estas posturas de filósofos, artistas, ensayistas y demás librepensadores iniciaron con la corriente del pensamiento que se traducía en el ideal que debe motivar toda acción estatal: igualdad.
Pugnaban con despenalizar la homosexualidad en países europeos, propósito que se alcanzó cuando diversos estados (tanto europeos como americanos) adoptaron las posturas del código napoleónico —que se distinguen, principalmente, por considerar delito a todo acto que perjudique a un tercero—.
Posteriormente, con la entrada de los regímenes fascistas en Europa, para la segunda guerra mundial, de nuevo se manifiesta una cultura de homofobia y de persecución de aquellos que abiertamente (e incluso a nivel de probabilidad) se declaraban homosexuales. En México, los primeros movimientos de esta naturaleza comenzaron para inicios de la década de los años setenta en la ciudad de México y Guadalajara. Para 1971 el Frente de Liberación Homosexual se forma con ideales de libertad y aceptación, sin embargo fracasa y se disuelve al siguiente año. Aunque desde esos años comenzó a observarse un interés por abrir los ojos de la sociedad mexicana que —ingenuamente— pensaba que no existíamos, que esas conductas no pasaban en este país, en ese estado, en esa colonia.
Probablemente un ícono dentro de los movimientos de liberación homosexual, fue la coahuilense Nancy Cárdenas, a quien Carlos Monsiváis le dijo: “Es mucho lo que significabas a la sociedad mexicana”. Fue dramaturga, poeta, periodista, directora teatral y activista social; quien se preocupó y ocupó en hacerse notar al mundo a través de su trabajo y sus opiniones, y así lo dejó patente en televisión nacional en 1973.
Como se dijo, los años sesenta y setenta representaron un importante avance en las opiniones sociales colectivas; y, desde entonces, desde aquella noche de junio o desde los movimientos alemanes del siglo XX, o de lo dicho por la mexicana Cárdenas en el ’73; desde entonces las fiestas del orgullo se celebran en todo el mundo bajo una simple consigna: estar orgullosos de lo que somos y de quiénes somos. Orgullosos de lo que creemos, de lo que anhelamos, de lo que amamos.
Por lo que, en este momento, retomo la pregunta inicial: ¿De qué estamos orgullosos? ¿De qué nos sentimos verdaderamente orgullosos?
Los invito a reflexionar sobre estos temas. ¿Qué hemos hecho? ¿Qué pretendemos hacer? ¿Qué pretendemos lograr? Aceptación, reconocimiento, derechos, posibilidades, seguridad jurídica y estatal. ¿Qué?
O simplemente nos reunimos para hacer “bola” y gritar tonterías que ni siquiera sabemos lo que significa. ¿Conocemos nuestra historia? ¿Conocemos nuestros personajes? O nos representamos por estereotipos que —en muchas ocasiones— nosotros mismos imponemos; nos dejamos representar como afeminados, “mariquitas”, “jotos”, “putos” “loca”, “vestidas”, “machorras”… y nosotros ¿jamás hemos llamado de esa forma a alguna lesbiana, a algún homosexual, bisexual, transexual, intersexual? ¿Jamás?
Reflexionemos sobre nuestros actos, sobre nuestras expectativas y sobre todo reflexionemos en eso de lo que estamos orgullosos.
Particularmente, esta entrada la dedico a todas aquellas personas que entienden la dura vida enfrentamos (al igual que todos los demás); la dedico a ustedes que con su entendimiento, su tolerancia y comprensión ayudan a que este mundo abra los ojos y se dé cuenta de que la discriminación es un cáncer que corroe los tejidos de nuestra sociedad, de la sociedad en la que nos desarrollamos día a día; y que ayudan a entender que el amor, el sexo, la comunión con una o hacia otra persona, son las manifestaciones más sublimes de la libertad que nos caracteriza como seres humanos.
La dedico a todos ustedes: amigos, compañeros de trabajo, vecinos, familiares, compañeros de escuela; a todos ustedes, pues yo estoy orgulloso de conocer personas íntegras que mantienen sus ideales de libertad e igualdad en alto.
¿De qué estoy orgulloso? De rodearme de personas como ustedes.

Les dejo las ligas de donde obtuve información para este escrito, publicaciones interesantes que vale la pena leer.


2 comentarios:

La Marquesa de Malvrier dijo...

Hola amigo, muy interesante reflexión que acabas de presentar. Fíjate que yo desconocía totalmente los orígenes del Día del Orgullo, porque en realidad no te lo dicen en la escuela, te hablan de marchas como las del 8 de marzo, te hablan de muchos movimientos sociales, pero siempre dejan de lado esa parte de la historia.
Gracias a todos los que han luchado por la igualdad tanto para las mujeres como para las personas homosexuales, ya que así se perdieron grandes pintores, dramaturgos y músicos, encarcelados por ser diferentes a lo que marcaban los cánones sociales de la época, ejemplo de ello tenemos a Oscar Wilde, un reconocido escritor, del cual soy fan desde los 11 años, quien fue encarcelado bajo el cargo de homosexualidad y corrupción de menores, solo porque tenía su pareja. Poco a poco la igualdad llega.
Felicidades a ustedes, que son mis amigos y no han tenido miedo de confesarle al mundo quienes son y de qué están orgullosos :)

Xander VanGuard dijo...

Gracias por comentar en la entrada. La verdad es que de pronto me llegó la pregunta a la mente... y quise hacer una entrada al respecto.
Wilde... tal vez uno de los casos más sonados dentro de la historia del arte, en concreto de la literatura.
Se consideraba un delito ser homosexual y por lo tanto la consecuencia era precisamente la prisión.
Aunque aun falta mucho por hacer, supongo que la libertad y la igualdad serán términos con los que siempre viviremos pero que jamás alcanzaremos cabalmente.
Afortunadamente la homosexualidad, actualmente y en esta parte del mundo, no está penalizada... aunque no permitida, tampoco está tipificada como delito.
Sin embargo sí lo está en otras partes del mundo, incluso con pena de muerte... es una tristeza saber estas cosas, pero supongo que la lucha por la igualdad y la libertad debe continuar...

Saludos amiga, que gusto saber de ti nuevamente y una disculpa por no poder comentar en tu blog, aunque sí lo leo... no creas que no.