De reflexión

El día de hoy, mientras venía en camino a la preparatoria, escuché una noticia que posteriormente discutí con mis alumnos.

Se trataba de la situación de crisis que se vive en la Sierra Madre Occidental de nuestro país, en concreto con la comunidad indígena Tarahumara o Raramuri.

Al respecto, la noticia afirmaba que a través de las redes sociales se han difundido algunos mensajes que, en mi opinión, en nada benefician por más que sus intenciones se pretendan buenas.

Se afirma que los nativos de esta región "cometen suicidio y se avientan de acantilados" por el estado de desolación en el que viven actualmente y la desesperación que los azota terriblemente.

Reconozco que es un problema grave, la marginación por parte del gobierno de nuestros pueblos indígenas, pero no es algo que justamente esté tomando auge en estos días... seamos realistas.

En cuanto escuché la noticia, me impactó a tal grado que decidí no cambiar la estación. Posteriormente, por un medio de un reportaje que se realizó en las tierras chihuahuenses, afirmaron que estos nativos debido a sus creencias y costumbres son incapaces de cometer el acto de suicidio como lo conocemos en la cultura urbana.

Fue entonces cuando me pregunté: ¿por qué nos dedicamos difundir este tipo de mensajes si no conocemos nuestra propia realidad?

Como dije, lo comentamos en clase con mis alumnos y me interesó la respuesta que particularmente dio una de ellas, para llamar la atención de todos nosotros y obligarnos a hacer algo al respecto.

Coincido con ella, solamente en la primera parte.

Para llamar la atención, de eso no me queda ninguna duda, puesto que no hay otra manera de explicar esta conducta si no es para generar un estado alarmista que supuestamente motivará la puesta en función de determinadas políticas de asistencia social en México y en particular en nuestro estado.

Aunque no resulta necesario, al contrario es una muestra del desconocimiento de lo que significa ser miembro de una comunidad indígena tan antigua como la representativa del estado de Chihuahua. Es un insulto a sus tradiciones, a la valentía y el esfuerzo y, sobre todo, a las costumbres que practican todos los días en las cañadas de la Sierra.

Imaginemos por un momento estar en su situación... imaginemos por un momento despertar con su visión, ver la vida a través de sus ojos... ¿Qué haríamos nosotros? ¿Alcanzamos a comprender en verdad la situación tan desesperante que atraviesan día a día?

...

Conozcamos lo que nos representa, mostremos solidaridad no simplemente con llegar a intentar solucionarles la vida sino a través de la comprensión y el conocimiento (al menos básico) de su cultura y su forma de organización. No impongamos nuestras creencias, no impongamos nuestra forma de gobierno... dejemos la libre autodeterminación de los pueblos que no es solamente un principio internacional sino que va hasta las propias raíces de nuestras comunidades...

Podemos apoyarlos, si los comprendemos.

Esto es solo una reflexión...